En la oscura noche,
Los soldados de tu ausencia
Han venido
a buscarme.
Apareces tajante,
Sin respeto alguno.
Algunos dirán que yo te doy lugar
A que me invadas.
En el fondo me agrada que lo hagas,
Vuelvo a sentir que florece
Aquella desamparada alma.
Alma de amapolas secas,
Y de
fangos roñosos.
Es el toque destructivo
Que produce cuando me invades.
Invades sin permiso, como un romano,
Dirán que es ambivalencia emocional.
Es que aun no sé sí te quiero
cerca o a la distancia.
Distancia que fuiste pionero en marcar,
Pero no me invadas, sino quieres regresar.
Una ilusoria ilusión me has de generar.
Generas valentía también para navegar,
Aunque tembloroso sea, los ósculos del pasado
No son anclas que me detienen, al contrario,
Un estoico timón direccional creas,
Para que yo, ahora, pueda escapar.
Aldo Marcelo Luna

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